Tipos de Meditación

“I meditated before I hosted the Oscars… I meditate in the morning, at lunchtime, when I’m on a film set. I became a different person once I began to meditate. Completely different.”

Hugh Jackman - Actor

Meditación de Visualización

El anclaje en los sentidos es una práctica sencilla y potente que invita a conectar con el presente a través de lo que percibimos: sonidos, olores, texturas, sabores y colores. Al enfocar la atención en las sensaciones sensoriales, se interrumpe el piloto automático y se despierta una conciencia más vívida del aquí y ahora. Es ideal para integrar el mindfulness en la vida diaria, incluso mientras se camina, se come o se toma una ducha. También es muy útil para salir de estados mentales rumiantes y reconectar con el cuerpo y el entorno.

Meditación mindfulness

La meditación mindfulness, también conocida como meditación de atención plena, consiste en observar el momento presente tal como es, sin juzgar ni reaccionar. A través de esta práctica se entrena la mente para enfocarse en la respiración, las sensaciones corporales o los pensamientos, desarrollando una mayor conciencia y estabilidad emocional. Es una de las formas de meditación más populares y estudiadas, con beneficios demostrados para reducir el estrés, la ansiedad y mejorar el bienestar general.

Meditación en Movimiento

La meditación en movimiento combina el ejercicio físico consciente con la atención plena, permitiendo conectar cuerpo y mente mientras se camina, se practica yoga o se realizan movimientos suaves. A diferencia de la meditación tradicional sentada, esta técnica es ideal para personas activas o con dificultad para permanecer quietas. Ayuda a anclar la mente en el presente a través del cuerpo, favoreciendo la concentración, la relajación y la conciencia corporal en cada paso o postura.

Meditación trascendental

La meditación trascendental es una técnica basada en la repetición silenciosa de un mantra personal, con el objetivo de alcanzar un estado profundo de descanso y conciencia. No requiere concentración ni control mental, y suele practicarse dos veces al día durante 20 minutos. Esta forma de meditación es conocida por sus beneficios en la reducción del estrés, el aumento de la claridad mental y la mejora de la energía. Su práctica suele enseñarse de manera estructurada a través de instructores certificados.